Add parallel Print Page Options

Me gustaría que todos pudieran vivir sin casarse, como yo, pero cada uno tiene su propio don de Dios. Todos somos diferentes.

Este es un consejo para los que no son casados y para las viudas: es mejor que sigan sin casarse, como yo. Pero si no se pueden controlar, es mejor que se casen, pues es mejor casarse que quemarse.

Read full chapter